Después de que el gorrión volviera a alzar el vuelo tras su corto descanso, se acordó de las palabras que le había dicho el prisionero << encontrarás a esa mujer en una casa blanca y azul cerca de la playa >>. Justo cuando intentaba recordar aquellas palabras, observó a la casa buscada. Se acercó y vio que había una mujer muy delgada, casi en los huesos.
En sus brazos tenia a un niño pequeño. Pío-Pa le dio a la mujer el papel que llevaba atado y de repente, la mujer empezó a recoger y ordenar las cosas necesarias para su viaje y las metió en una maleta. Tras eso, cogió a su niño en brazos y se dirigieron a la estación de tren sin saber si iban a llegar con tiempo de poder salvar al hombre. El tiempo iba pasando y cada vez se acercaba más la hora de la muerte.
Tras largas horas de viaje y puros nervios, al fin llegaron a la prisión. La tragedia fue, que cuando llegaron Pío-Pa y la mujer ya era demasiado tarde y solo pudieron observar su funeral.
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